La casa de mi infancia

 

Es una fría mañana de diciembre y por circunstancias de la vida, me encuentro alojada en la vieja casa familiar… mi padre a caído en desgracia y en esos absurdos del destino, la vida me ha vuelto a colocar como hace ya más de diez años, en circunstancias que me permiten estar presente en los momentos más oscuros de ellos, los caídos, es curioso y un tanto irreverente… pues siempre fui la ausente… …

Decir la vieja casa familiar es también un absurdo…. Pues hace ya bastante tiempo si acaso cuando murió mi madre, que la familia finalmente se rompió en pedazos… aquellos que prometieron estar se fueron y los que juramos desaparecer de vez en cuando volvemos.

Ese abandono a todo lo que guarda, incluido mi padre, la ha convertido en un lugar muy frio y hueco… con grandes habitaciones llenas de recuerdos y cosas polvorientas que alguna vez pertenecieron a mi madre, muerta hace poco más de una década.… recuerdo haber escrito en algún post alusivo a ella que aquel lugar era una casa entre vieja y nueva, pues nunca se terminó de construir…sin embargo ….. esta no es la casa de mi infancia.

La casa de mi infancia es aquella, la del rincón más lejano, la que se esconde atrás de los árboles, arbustos y plantas.. la que permanece muda e impasible, cerrada bajo llave conteniendo relatos de vida, de traumas y excesos, que nadie quiere recordar.

Cuenta mi padre en sus historias, que fue construida de manera urgente y precaria en el frio y helado febrero de 1972… para albergar a una recién nacida…tiene habitaciones pequeñas y techos bajos… con losetas café brillante resultado de la última remodelación que le hizo mi madre.., no sé el momento exacto en que fue abandonada, debió haber ocurrido durante mis prolongadas ausencias…  las habitaciones están vacías… solo una de ellas tiene una cama y una mesa con medicinas dispersas en ella, en la esquina un enorme baúl con herramientas. … pareciera un pequeño refugio para resguardarse de conocidos molestos e incomodos.

Ese baúl de herramientas que también contiene entre otras cosas, cables y conectores necesarios para enchufar mis juguetes tecnológicos es él que me ha llevado de vez en cuando a una exploración del lugar…

Caminar por ahí no es agradable…. mientras recorro los cuartos pequeños… imagino a una chiquilla de 5 o 6 años corriendo por el lugar… flaca y mugrosa, con short y playera desgastados y sus adoradas botitas cafés, despeinada de tanto correr y la nariz cubierta de mocos… debió haber tenido buenos momentos, pero ya no los recuerda… sé que a lo largo de los años a querido contarme algo, pero jamás la he querido escuchar.

No lo sé, tal vez algún día me siente en el suelo con ella, no para que me cuente cosas que no quiero recordar.


Sino, para que sepa que no importa cual difícil haya sido el camino..... ella nunca dejo de soñar.

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