La vida siguió

Ha pasado ya mucho tiempo desde aquel viernes infame, la verdad es que jamás tuve el tiempo de hacer catarsis, podría suponer que son los ejercicios básicos que se tienen que practicar para empezar a sanar heridas….creo… aunque yo jamás lo he hecho, quizás sea por ello que traigo tanta basura encima, pero chillar y tirarme a la desgracia porque a alguien se le ocurrió joderme, no es lo mio.

Así es que ese viernes recogí mis escasas pertenencias, solo agendas fiscales, cuadernos de notas, algunos libros que jamás tuve tiempo de leer  y llegue a casa, apenas me senté en el sofá, me llamo Ximena, estaba lista para emprender ese viaje a primera hora del día siguiente, metí en una maleta algo de ropa, mi pasaporte, los papeles del viaje y me fui a dormir, sin pensar en nada más.

Así es que desperté el sábado con una migraña terrible, sin embargo todo estaba planeado, así es que nos dirigimos al aeropuerto y nos embarcamos a ese viaje que pretendía ser maravilloso y que se convirtió en una de las peores semanas que hubiese vivido hace ya bastante tiempo.

No…..no fue por haber perdido un puesto que sin duda era importante, esos la vida te los da y te los quita, he pasado por ello infinidad de veces y es lo que menos importa, tal vez tampoco fue por las personas perdidas y  mi lealtad y mi confianza en ellas destruida.

Fue más bien el esfuerzo por continuar y aparentar que no había pasado nada, de sentirte tan vulnerable y de saber una vez más que sin importar cuanto te esfuerces siempre habrá alguien que con un manotazo puede pretender joderte la vida.

Caminar por el mágico mundo de Disney con una sonrisa, y bajo el sol inclemente, mirar como autómata el desfile sin que te conmuevan los muñequitos bailando y sin que te reconforten los abrazos de Woody y Goofy, sentirme tan cerca de la realidad a unos pasos de cosas tan irreales, llegaba exhausta al hotel mientras los niños corrían a meterse a la piscina, me parecían días interminables.

Pero como dije, la vida te da y te quita, estando allá me mandaron avisos para invitarme a integrarme a un proyecto enorme, así es que apenas regresé volví a estar inmersa en un mundo de trabajo, enormes retos.

Mis cuadernos, mis agendas y lo escaso que rescaté lo arrumbé en un rincón y ahí se quedo, la vida fue la que siguió.

Es verdad, dolió………..trabajé incansablemente y tenía objetivos, metas, que de un momento a otro perdieron sentido…

Pero no volví a pensar en nada y nadie hasta hoy que escribo este blog….y solo son cosas e imágenes sin rostro.

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