Entre Psicológos te veás

Todo se fue al diablo, es la neta y no hay porque decir mentiras.

Lo descubrí después de regresar de ese viaje a Italia que debió haber sido maravilloso,  pero que no lo fue….

Y es que pude haber andado entre atardeceres mágicos, caminos que llevan a Roma, música que enamora, canciones que te podrían contar en cada estrofa una parte de tu vida… pero para mí todo valió madres….

Así lo concluí,…. después de llegar a casa y hacer el recuento que hago de cada uno de mis viajes…… entendí que el haber viajado tan lejos no me llevo a absolutamente ninguna parte,…. y  la verdad me encabrone,  caí en una especie de frenesí, estupidez, entre llantos y sollozos y noches sin dormir y sin saber que hacer…. Me sentí totalmente derrotada…

Crisis catastrófica por decir lo menos… como no hay quien juzgue mis locuras puedo decir que lo busqué para suplicarle me diera una oportunidad…

¿Oportunidad para qué?  A quien le importa, oportunidad para abrazarlo, para decirle te amo, para decirle perdóname, ¿Qué se yo?… solo una oportunidad…

 Claro que no, con una frialdad que congeló ya de por sí mi roto corazón me dijo que no y que no quería que lo volviera a buscar, me resistí por supuesto ¿y porque no?... no hubo respuesta, solo me dejo parada en medio de la nada… 

¿Qué puedo hacer?….. confieso que volví a ser una romántica, todo ese tiempo pensé que con decir te amo bastaría para tratar de escribir una nueva historia… “carcajadas por favor”.

Y así anduve, con el correr de los días y en el medio de una niebla intensa, tratando de encontrar respuestas a lo que ni siquiera debiera tener preguntas…

Un psicólogo por favor…

 Seis o tal vez siete sesiones de llanto amargo, sin que el especialista en cuestión pudiera encontrar después de hurgar en los escondrijos de mi mente algún indicio que me hubiera podido llevar a ese lamentable estado de desolación.

“Trate de recordar” me insistía, “algo hay, además de lo reciente, no es normal, usted no ha dejado de llorar en una sola sesión”

Yo lo miraba sin comprender… ¿recordar que?.. no lo entiendo, ¿dolores de antaño?, ¿más noches obscuras?, ¿más tristezas inconsolables? …. ¡¡Que loco!!   No, no, no, además porque habría de recordar algo que me empeñe tanto en olvidar…  

Y entonces lo entendí todo… El tiempo… el tiempo había sido mi amigo todos estos años.. me acompañó en mi viaje y me enseñó a olvidar todo lo que me rompió alguna vez… solo debía ser fuerte y dar una oportunidad de volver a cubrir y esconder mis recuerdos donde nunca más volvieran a ser encontrados…

No hay más, esa fue la lección.

Y si, muy probablemente algún día vuelva a un  sillón de un psicólogo frustrante…  empeñado en sacar a la luz mis recuerdos… pero sé que todo estará olvidado… y si…. llorare como una estúpida, pero…. ni siquiera sabré porque estoy llorando.