2019 y el siniestro 2020

De pronto me vi inmersa en una nueva vida, después de aquel maravilloso viaje a Nueva York para celebrar mi cumpleaños, retomé según yo mi camino... todo parecía marchar sobre ruedas.

Me hice cargo de mis decisiones y mis emociones, mi familia, mi casa, un trabajo estable, un ingreso fijo, adiós a las aventuras, a los anhelos... a los amores malditos, a los deseos sublimes, caprichos locos.

Pero sin duda, mis deudas seguían pendientes.  Dios presencia omnipotente a la que solo atendemos cuando nos anda cargando la chingada... me lo recordó con un manotazo...

Y así empezó el calvario, con una simple gripa a la que siguió una perforación del oído, cirugía forzosa en la nariz, adelgazamiento de la córnea hasta casi romperse, vueltas y vueltas con muchos doctores de distintas especialidades, hasta llegar a un diagnóstico difícil que nos llevó a largas jornadas en el hospital, entre quimios y laboratorios.. tiempos aciagos para un adolescente... que, aunque valiente, siempre estuvo mimado por sus padres y con una vida algo fácil hasta el año anterior a que empezó con problemas de salud...

Hoy... ya no recuerdo lo que era mi vida antes de esto... sin duda mi perspectiva de lo que yo era, cambio... no es fácil vivir con el corazón agitado con el estómago revuelto... esperando noticias funestas...¿Qué podría pasar?... que la enfermedad destrozara los pulmones y el riñón... "El puede morir muy rápido", me dijo la jefa del departamento de uveítis de uno de los Hospitales que recorrimos...y yo sentí que una mano me jalaba los cabellos y un frio helado me recorría la cabeza y la espalda... al final dañó su sistema nervioso central.

Fueron días oscuros, me levantaba en la madrugada envuelta en una nausea, me calzaba mis tenis viejos, mi pantalón de mezclilla muy gastado, una sudadera, un gorro para cubrir mis cabellos y así empezaba nuestra batalla diaria, siempre acompañados por su papito querido, él y yo turnándonos en nuestros respectivos trabajos para jamás dejarlo solo en tan difícil lucha.

Aunque la directora de la facultad de la universidad recomendó una pausa en sus estudios, se rehusó a claudicar yo pienso que era su puerto en medio de la tempestad y así tomados de la mano los tres recorrimos el 2019 y el siniestro 2020.

Nada nos preparó para el terrible 2021.

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